La Drogadicción en el mundo
La Drogadicción mundial🌎
Alrededor del 50% en América del Norte, el 40% en Europa y
el 2% en Oceanía. En esos países vive aproximadamente el 12% de la población
mundial. Se estima que los países de ingresos bajos y medianos, donde vive el
88% de la población mundial, consumen menos del 10% de los fármacos opioides.
Las personas más pobres afrontan un mayor riesgo de sufrir trastornos por consumo de drogas
En 2018, unos 35,6 millones de personas padecían trastornos
por consumo de drogas. La pobreza, la educación limitada y la marginación
social pueden aumentar el riesgo de trastornos por consumo de drogas y agravar
sus consecuencias. Esto se confirma en estudios realizados en países de altos
ingresos, donde la trayectoria socioeconómica adversa de una persona, no sólo
su situación en un momento dado, también se vincula al riesgo de trastornos por
consumo de drogas. Y lo malo es que Solo 1 de cada 8 personas con trastornos
por uso de drogas recibe un tratamiento cada año, ¡y solo una de cada 5
personas en tratamiento es una mujer!
En el caso de las personas con trastornos por consumo de
drogas, la disponibilidad y el acceso a los servicios de tratamiento sigue
siendo limitada a nivel mundial: sólo uno de cada ocho recibe tratamiento cada
año. Y, mientras que uno de cada tres consumidores de drogas es una mujer, las
mujeres siguen representando sólo una de cada cinco personas en tratamiento por
trastornos de consumo de drogas.
Se calcula que unos 192 millones de personas consumieron
cannabis en 2018, lo que la convierte en la droga más consumida a nivel
mundial. En comparación, 58 millones de personas consumieron opioides en ese
mismo año. Pero que esa cifra sea inferior puede dar una falsa impresión del
daño que causan los opioides. Ese grupo de sustancias es responsable del 66 %
de las 167.000 muertes relacionadas con los trastornos por consumo de drogas
estimadas en 2017 y el 50 % de los 21 millones de años perdidos por
discapacidad o muerte prematura que se atribuyen al consumo de drogas. En
África Occidental, Central y Septentrional, el tramadol avivó la crisis de los
opioides; en América del Norte, los fentanilos. Si bien esas regiones tienen
poco en común desde el punto de vista de la 7 economía, la demografía o los
hábitos generales de consumo de drogas, todas ellas se enfrentan a una crisis
de opioides alimentada por sustancias que son fáciles de obtener y baratas de
producir.
En América del Norte, el consumo de opioides sintéticos,
como el fentanilo, ha dado lugar a dos décadas de aumentos de las muertes por
sobredosis de opioides. En 2018, los fentanilos intervinieron en dos tercios de
las 67.367 muertes por sobredosis registradas en los Estados Unidos. Canadá
también ha comunicado resultados similares, pero con cifras más bajas. Las
muertes por sobredosis que se atribuyen a los fentanilos obedecen en parte a la
imprevisibilidad de la potencia de las sustancias que se encuentran en los
mercados ilícitos. En África Occidental, Central y Septentrional, la demanda de
tramadol con fines no médicos ha aumentado considerablemente y cada vez son más
las personas que reciben tratamiento por trastornos por consumo de tramadol.
El consumo de estimulantes va en aumento
El mundo de
los estimulantes está dominado por la cocaína y la metanfetamina, y el consumo
de ambas sustancias está aumentando en sus principales mercados. Unos 19 millones de personas
consumieron cocaína en 2018, consumo alentado por la popularidad de esa droga
en América del Norte y Europa Occidental. En ese mismo año, aproximadamente 27
millones de personas consumieron estimulantes de tipo anfetamínico, de los
cuales la metanfetamina fue el más común en Asia Sudoriental y América del
Norte.
Se calcula
que unos 11,3 millones de personas se inyectaron drogas en 2018, práctica a la
que se debe aproximadamente el 10% de las infecciones por el VIH de todo el mundo.
Más de un millón de personas que se inyectan drogas viven con el VIH y 5,5
millones con hepatitis C. La escasez de opioides causada por las restricciones impuestas con motivo
de la COVID-19 podría llevar a los consumidores a sustituir esas sustancias por
otras de más fácil obtención, como el alcohol o las benzodiazepinas, o a
mezclarlas con drogas de síntesis.
La recesión financiera y las normas de distanciamiento social también podrían tener un doble impacto en las personas que se inyectan drogas. Además de ser más vulnerables al contagio y a las complicaciones que trae consigo la COVID-19 porque tienen su sistema inmunológico deprimido, también es probable que esas personas tengan problemas para acceder al tratamiento y a otros servicios debido a la presión que soportan los proveedores de servicios de salud.
La Oficina
de la Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) en México presentó
esta mañana en coordinación con la Secretaría de Salud el Informe Mundial sobre
las Drogas 2019, documento que reúne los principales datos y estudios de
tendencias sobre producción, tráfico y consumo de drogas en el mundo. Antonino de Leo, representante de la UNODC en México, destacó la importancia de los
datos que suministra este documento para la planeación de estrategias efectivas
para la prevención del consumo y tráfico ilícito de sustancias.
Resaltó que durante 2017 alrededor de 271 millones de personas entre los 15 y los 54 años consumieron algún tipo de droga, esto corresponde al 5.5% de la población. Además, 35 millones de personas en todo el mundo padecen trastornos relacionados con el uso de drogas, mientras que solo uno de cada siete personas recibe tratamiento. Subrayó que el informe estima que la cantidad de personas usuarias de opioides es de 53 millones, un 56 % más que las estimaciones anteriores, siendo estos los responsables de dos tercios de las 585,000 personas que murieron como resultado del consumo de drogas en 2017. A nivel mundial, de los 11 millones de personas que se inyectaron drogas en 2017, 1,4 millones viven con VIH y 5,6 millones con hepatitis C, datos que permiten estimar que la cantidad de personas que consumen drogas es ahora un 30 % más alta que en 2009. Al mismo tiempo, manifestó que la droga más utilizada a nivel mundial sigue siendo el cannabis, con un estimado de 188 millones de personas que la consumieron en 2017, mientras que el fentanilo y sus análogos siguen siendo el problema clave de la crisis de los opioides sintéticos en América del Norte, y el tramadol para el oeste, el centro y el norte de África.
Elaborado por: De Santiago Leon Ángel Gabriel 🌎🌍
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